Juramento Hipocrático
Lengua original: Griego
Traducción castellana: Gonzalo Herranz
Copyright de la traducción castellana: Gonzalo Herranz
Juramento hipocrático
JURO por Apolo, médico, por Asclepio, y por Higía y Panacea, y por todos los dioses y diosas del Olimpo, tomándolos por testigos, cumplir este juramento según mi capacidad y mi conciencia:
TENDRÉ al que me enseñó este arte en la misma estimación que a mis padres, compartiré mis bienes con él y, si lo necesitara, le ayudaré con mis bienes. Consideraré a sus hijos como si fueran mis hermanos y, si desean aprender el arte médico, se lo enseñaré sin exigirles nada en pago. A mis hijos, a los hijos de mi maestro y a los que se obligaran con el juramento que manda la ley de la Medicina, y a nadie más, les enseñaré los preceptos, las lecciones y la práctica.
APLICARÉ mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie le sugeriré que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo.
VIVIRÉ y ejerceré siempre mi arte en pureza y santidad. No practicaré la cirugía en los que sufren de cálculos, antes bien dejaré esa operación a los que se dedican a ella. Siempre que entrare en una casa, lo haré para bien del enfermo. Me abstendré de toda mala acción o injusticia y, en particular, de tener relaciones eróticas con mujeres o con hombres, ya sean libres o esclavos.
GUARDARÉ silencio sobre lo que, en mi consulta o fuera de ella, vea u oiga, que se refiera a la vida de los hombres y que no deba ser divulgado. Mantendré en secreto todo lo que pudiera ser vergonzoso si lo supiera la gente.
SI FUERA FIEL a este juramento y no lo violara, que se me conceda gozar de mi vida y de mi arte, y ser honrado para siempre entre los hombres. Si lo quebrantara y jurara en falso, que me suceda lo contrario.
Realidad Colombiana
Me pregunto si los médicos, conocen éste juramento, especialmente los que prestan sus servicios a las grandes empresas prestadores o mejor explotadoras de la salud en Colombia. Para nadie es un secreto que las EPS, manipulan a los profesionales de la salud, con premios y prebendas para que no se salgan del libreto que les entregan cuando ingresan a sus negocios.
Como tampoco es un misterio que es una mina de oro que los convierte en multimillonarios en pocos años, ellos ganan por punta y punta, (como el eslogan de una lotería) estos negocios funcionan con el beneplácito del Estado e incluso muchos de sus socios trabajan con el gobierno.
Acudir a un establecimiento de estos es toda una odisea, una cita se puede demorar de dos a tres días para medicina general, ahora si es con un especialista la cuestión es de tres meses en adelante, por aquello de la agenda del profesional.
Hace algún tiempo el doctor que me atendía me ordeno una resonancia magnética a la columna, después de dos meses de espera al fin salió la orden del comité técnico, pero a mí doctor le toco renunciar porque se “había saltado los protocolos de la entidad” y eso es una falta grave al reglamento, pero yo me pregunto, ¿si el médico no dispone de la libertad de ordenar los exámenes que estime necesarios, para qué lo contratan? Y ¿Dónde queda la ética médica? Si solo valen los análisis económicos.
Para la empresa prestadora, el médico no es más que un títere para su fines comerciales, sin ninguna autoridad para recetar ni investigar las enfermedades del paciente, sería más fácil que repartieran un manual o vademécum, donde se pueda orientar al afiliado en materia de medicación, así si tiene los síntomas de la gripe, va mira el manual y pide las medicinas sugeridas por la entidad, que siempre son ibuprofeno, diclofenalco, omeprezol y cosas así por el estilo. Pero esas son las drogas para todos los síntomas o diagnósticos médicos.
Y ¿el gobierno que dice al respecto? Pues… fácil que para eso están trabajando en la seguridad democrática.
Claro que como cosa rara violan la Constitución Nacional, en aras de favorecer a sus socios en el negocio de la salud.
¡Pero que viva el glorioso partido de los “u” últimos pendejos que quedaron convencidos que ocho años no fueron suficiente y hay que repetir!
