jueves, 29 de abril de 2010

TU AUSENCIA

Invocándote estoy desde tu ausencia
postrado el corazón en esta casa,
mirando una serie sin secuencias
y velada, tras la angustia que no pasa.

¿Por qué te fuiste sin adioses?
Partiste una noche hacia una estrella
volando sobre nubes de colores,
dejando tras de ti sólo una estela
y a mí, envuelta en un manto de dolores.

Ya no estás, te busco inútilmente
pues a veces parece que volvieras,
pero no, es sólo que mi mente,
no puede entender que vos partieras.

Y me ahogo en el dolor y la impotencia
de que no estemos juntos como siempre,
ya no puedo respirar con esta ausencia,
¡ya no puedo vivir sin vos presente!

Sólo ansío ese viaje que me lleve
lenta y grácil a tus manos tan queridas,
y la idea me produce una paz leve,
pues presiento que comienza mi partida.

Zaidena- Noviembre 2009